Si llegaste a este post es probable que también te interesa conocer nuestro artículo Truco para ver historias/stories de Instagram sin que lo sepa. ¿Por qué lo decimos? Pues por el simple hecho de que ser un stalker en Instagram está muy relacionado con eso de «ver sin ser visto».
Por ejemplo, en nuestra otra entrada titulada Formas de espiar el Facebook de otra persona sin que lo sepa, básicamente estamos haciendo referencias a los métodos para stalkear a alguien en dicha plataforma. Ya que de eso va el asunto, aunque inicialmente el término no tenía esa connotación de espionaje tan marcada.
Pero vayamos a lo nuestro, si quieres conocer un poco más sobre este término con relación específica a esta red social, entonces sigue leyendo, porque ahora mismo responderemos a la pregunta qué significa ser un stalker en redes sociales como Instagram.
¿Qué es un stalker?
El término stalker es un anglicismo en tanto proviene de la lengua inglesa pero su uso se mantiene igual en el idioma español. Dicho de otro modo, no se llevó a cabo ninguna traducción o adaptación para su uso en la comunidad hispanohablante.
Más precisamente, el término se compone de las dos palabras inglesas «to» y «stalk». Juntas conjugan el verbo to stalk que puede traducirse cómo acechar, acosar, perseguir o espiar. Pero en el mundo de las redes sociales como Instagram (en del Internet en general), la palabra quedo más ampliamente difundido como stalkear.
Sin embargo, en sus inicios la palabra stalkear solía utilizarse con mayor frecuencia para referir a cualquier usuario de redes sociales que pasara mucho tiempo revisando la actividad de otros. Por ejemplo, se consideraba stalker a alguien por el solo hecho de visualizar todas las fotos y vídeos que una determinada persona compartiera en su perfil.
Lo que no necesariamente tenga algo que ver con cometer un acto de violación a la privacidad del otro, puesto que ha sido esa misma persona la que abiertamente ha decidido publicar una u otra cosa.
Las medidas de Instagram en relación con los stalkers
Ya han sido muchas las veces en las que hemos resaltado que Instagram es una de las redes sociales que más se preocupa por la privacidad de sus usuarios. Es por eso que en sus inicios su funcionalidad se limitaba a compartir fotografías e interactuar con ellas únicamente a través de likes y comentarios.
No había nada como publicar vídeos, ni transmitir vídeos en vivo, ni chatear por mensajería privada, ni compartir historias, ni mucho menos establecer ubicaciones. Lo que resultaba en un gran margen de privacidad tanto para los «publicadores» como para los «visualizadores». Ya que los primeros tenían un mayor rango de seguridad al evitar dar pistas de su vida fuera de la plataforma, mientras que los segundos podían ver cada foto publicada sin dejar rastro.
Sin embargo, todo esto ha cambiado; Instagram empieza a ampliar sus posibilidades con nuevas funciones que, para bien o para mal, resultan atractivas para muchos de usuarios. Una forma de resumir su evolución, es afirmar que tras cada año de actualizaciones se parece más a Facebook.
Pero esta red social ha aprendido de sus errores, dando prioridad a la privacidad de los publicadores por sobre los visualizadores. Por ejemplo, cada vez que un usuario mira la historia de otro, el segundo recibe una notificación con el nombre del primero; así se entera de todas las personas que ven sus stories.
El lado más oscuro de los stalkers en Instagram
Si quisiéramos hacer un resumen de todo lo anterior, podríamos decir que Instagram ha creado nuevos frentes desde los cuales todos sus usuarios pueden ser espiados o incluso acosados (stalkeados), pero al mismo tiempo ha ido adoptando medidas e incorporando funciones que les permitan a los mismos protegerse de posibles stalkers peligrosos.
¿Stalkers peligrosos? Sí, este término que solía usarse para señalar un comportamiento de simple curiosidad que todos en algún momento hemos tenido, ahora mismo tiende a emplearse con mayor frecuencia para referirnos a criminales o potenciales criminales en las redes sociales. Y esto va desde simples estafadores, pasando por secuestradores hasta llegar incluso a traficantes de personas y pervertidos sexuales.
Cada uno de estos tipos de criminales se aprovechará de todos los detalles que compartas en Instagram, incluso de los que puedan parecer insignificantes; para intentar tenderte estafas o determinar los lugares exactos en los que vives, trabajas, estudias o sencillamente pasas el rato.
Consejos para no ser una víctima de stalkers en Instagram
Si, por ejemplo; revisáramos nuestro post sobre los trucos o el de los tips para conseguir más seguidores en Instagram, notaríamos que todo lo que te recomendaremos a continuación va en contra de lo establecido en dichos artículos. Pero es que resulta indispensable diferenciar un perfil con fines lucrativos, de otro con fines netamente personales.
Si tu intención es alcanzar la mayor cantidad posible de seguidores en Instagram para promocionar tu marca, empresa o negocio; vale perfectamente configurar y desarrollar un perfil completamente abierto al público. Uno en el que tus seguidores y el resto de usuarios puedan justamente saber dónde encontrarte o cómo ponerse en contacto directo contigo.
Todo lo contrario sucede con las personas que simplemente quieren socializar con amigos, conocidos y familiares. Puesto que un perfil personal sin fines de lucro suele ser el objetivo preferido de muchos stalkers peligrosos que desean dejar el menor rastro posible de sus actos ilícitos.
Seis recomendaciones para no ser víctima de stalkers peligrosos:
- Configura tu perfil como privado. De esta forma solo podrán ver tus publicaciones aquellos usuarios a los que previamente les hayas aceptado sus solicitudes para seguirte.
- No aceptes cualquier solicitud de seguimiento. Siempre que recibas una nueva solicitud de seguimiento, asegúrate antes de que realmente conoces a la persona que te la ha enviado. Para ellos puedes escribirle un Direct Message y en caso de no recibir respuesta, ignora su solicitud.
- Evita compartir datos personales. Por ejemplo: fechas de cumpleaños, números de teléfonos o perfiles de otras redes sociales de uso personal.
- Revisa cada foto o vídeo antes de publicarlos. Puede que por error una de tus fotografías o vídeos haya capturado un dato personal como la matrícula de tu auto o la dirección de tu hogar.
- Cuida mucho las ubicaciones que compartas. Si es posible, evita compartir las ubicaciones de tu domicilio, dirección del trabajo, lugares donde estudias ni mucho menos los sitios que frecuentas para pasar el rato.
- Despistar en lugar de dar pistas. Lo más recomendable sería compartir ubicaciones solo cuando se trate de publicaciones relacionadas con tus pasadas vacaciones (que ya no te encuentres en los lugares señalados).